jueves, 26 de junio de 2014

Trueque y su vinculación con el trabajo social

Trabajo social y trueque

El rol del trabajador social en esta nueva forma de economía puede realizar nuevas propuestas económicas, no necesariamente basada en el dinero, donde se pueden unir diferentes personas que comparten gustos similares y entre ellas comparten libros, ropa en buen uso, objetos que a las personas les parezcan de interés.
En muchos casos hay trabajadores sociales que tienen que trabajar en la implementación de políticas sociales o programas dirigidos a la localidad rural donde se reparten recursos que luego entre los beneficiados son intercambiados según sus intereses.

Entrevista La casa del remate

Oficio: Comerciante
Años en el rubro: 22
https://www.facebook.com/pages/La-CASA-DEL-Remate/194474534015513?fref=ts
Preguntas:

1)¿Usted realiza efectivamente trueque?
Sí, hace muchos años, ya que esto era una antigua costumbre cuando era mas joven y vivía en el campo.

2) ¿Usted cree que el trueque es efectivo como nueva forma de economía?
Sí, porque no se maneja tanto el dinero y me da la posibilidad de tener objetos caros a cambio de muchos otros mas baratitos.

3) ¿Qué hace que el trueque siga vigente?
Yo creo que la facilidad que da para realizar un intercambio de algo sin la necesidad de comprarlo, porque uno no siempre puede comprar, así que lo que hay que hacer es cambalache

4) ¿Usted cree que el trueque serviría como comercio para terminar con la moneda?
No creo, porque como está la gente y las empresas hoy día e muy difícil retroceder, antes cuando no existía tanto interés quizás se podía o se realizaba mas que una compra


Trueque: Economia sin dinero

Avance de documental sobre El Club del Trueque. Nacido en Quilmes, en 1995, fue durante años la alternativa para 6.000.000 de personas que sobrevivieron gracias a este sistema en la crisis del cacerolazo 2001 y 2002. Las razones de su popularización, auge y desaparición de los grandes medios.

El Fenómeno del Trueque: una mirada sociológica

La historia del fenómeno
El fenómeno del Trueque es uno de los más interesantes entre las varias respuestas sociales a la crisis argentina, porque presenta muchas de las características y de las instancias de los demás fenómenos en una síntesis original: nace al interior de la clase media decaída con el objetivo de hacer frente a la falta de trabajo y dinero a través de una acción colectiva autogestionada e independiente de cualquier insti
tución; crece en manera exponencial involucrando a todas las clases sociales y asegurando la supervivencia (durante los ocho meses más críticos) a 7 millones de personas; es un fenómeno que defiende el derecho al trabajo y a la supervivencia en modo pacífico y prepositivo, sin pedir la intervención estatal sino estructurado un sistema económico complementario al capitalista; promueve y fortalece la “cultura del trabajo”, prácticamente inexistente entre los pertenecientes a la pobreza estructural acostumbrados a vivir del asistencialismo peronista; contribuye a reconstruir los lazos de confianza entre las personas aisladas por el individualismo capitalista. 

El proyecto y las prácticas
Ya desde sus inicios el fenómeno del Trueque llamó la atención de intelectuales, economistas, sociólogos y antropólogos de universidades, de organizaciones internacionales, del poder político, del poder económico, etc. Sin embargo, gran parte del análisis de estos actores ha privilegiado un abordaje propiamente económico del fenómeno: se buscaba así una respuesta a interrogantes tales como ¿Es el Trueque un modelo alternativo al capitalismo? ¿Es posible una economía no monetaria? ¿Puede ésta coexistir con el capitalismo? ¿Cuáles son las reglas de sustentabilidad y gobernabilidad económica del Trueque? ¿Estamos en presencia de una “economía solidaria” y de una “moneda social”? Si bien estos interrogantes son pertinentes se vuelven absolutamente reduccionistas si no los ubicamos en un análisis más amplio del fenómeno. Del mismo modo, tampoco es apropiado analizar un fenómeno en continua evolución como si fuera una actuación coherente de un proyecto bien estructurado. 
A partir de un enfoque socio-antropológico nos proponemos destacar los diferentes valores que asumen el proyecto y las prácticas del Trueque. Por “proyecto” entendemos el diseño del sistema económico así como fue pensado y repensado por sus fundadores y por los ideólogos que fueron agregándose durante el desarrollo del fenómeno. 
Los fundadores admiten que nunca existió un proyecto definitivo de “Club de Trueque”; lo único cierto es que debía ser un instrumento que permitiera una nueva sociabilidad y unas relaciones de intercambio no 
mediadas por el dinero; la forma y el funcionamiento de los Clubes de Trueque fueron un experimento continuo que ha tenido que ajustarse, tanto a las diferentes disputas ideológicas al interior de la RGT como a  los cambios socio-económicos devenidos luego de la crisis del 2001. 
Los fundadores del Trueque se empeñaron, sobre todo, en la constitución de un sistema de intercambio no monetario más que en una “nueva sociabilidad” que se habría generado como consecuencia de estas ‘nuevas’ relaciones de intercambio no monetario. Para ser tal, el medio de intercambio no debía presentar la característica de “reserva de valor” propia del dinero por ser la causa del ‘peor mal del capitalismo’: la acumulación.

“Fracaso” económico y éxito social
Aun reproduciendo en parte las dinámicas del sistema capitalista, la gente continuó a participar en el Trueque porque de todas las maneras obtenían un beneficio económico. El Trueque es un sistema abierto a todos, un sistema que no exige garantías, un sistema que acepta e incluye a los marginados del mercado formal. Es innegable que el sistema del Trueque –nacido por exigencias prácticas, sobre todo económicas de los mismos protagonistas y de su clase de pertenencia, aquella clase media argentina que veía empeorar en manera incesante la calidad de vida a la cual estaba acostumbrada y que se volvía cada vez más pobre– haya obtenido el objetivo que se había fijado: mejorar la vida de las personas, solucionando el problema de la insuficiencia de dinero y el desempleo. 
No obstante, no consiguió alcazar el objetivo de ser un sistema no monetario. La utopía de un mercado sin dinero que pudiera convivir con el mercado capitalista fracasó ante la potencia y la invasión de las mercaderías, del valor de cambio, del dinero, de los valores y las prácticas que impregnaron todas las relaciones sociales. El proyecto de cambiar las relaciones de producción capitalista –y las relaciones sociales en éste basadas– cambiando sólo la forma del dinero y refugiándose en un pasado pre-monetario no podía más que naufragar. El creer que el problema del capitalismo está sólo en el dinero en cuanto reserva de valor y que, eliminando tal característica, se logra eliminar las contradicciones del capitalismo, es fruto de un análisis muy superficial. De hecho, la falta de dinero de curso legal no fue resuelta con una vuelta al trueque, sino con la sustitución de este dinero con un dinero de tipo “privado”. Los ideólogos definen los créditos como “moneda social” pero el hecho mismo de no haber sido verdaderamente una “moneda social” –o sea creada, administrada y controlada por toda la comunidad– provocó, con el pasar del tiempo, un pérdida de la confianza en los créditos.


¿Qué es el trueque?

¿Cómo definimos el trueque?
El trueque implica una transición en la que dos individuos intercambian entre sí un bien por otro. Como es lógico, se desprenden del producto que tienen en exceso y adquieren el que necesitan.

Ejemplo de trueque
Supongamos el caso de un agricultor: lo normal es que, como fruto de su especialización productiva, se encuentre con más productos agrícolas de los que quisiera, mientras que probablemente deseará variar su dieta alimenticia y adquirir algo de carne. Para que se produzca un intercambio, deberá encontrar a un ganadero que esté dispuesto a aceptar, a cambio de una cierta cantidad de productos agrícolas, una parte de su producción ganadera. (Esquema)

El trueque realizado de esta forma tiene serios inconvenientes. Por un lado, lleva mucho tiempo, ya que exige que cada individuo encuentre alguien que desee adquirir precisamente lo que él pretende intercambiar, por lo tanto requiere una coincidencia de necesidades. Otro inconveniente se deriva de la invisibilidad de algunos bienes. Además, cuando involucra a muchos participantes, el trueque se vuelve muy complejo y sus limitaciones básicas quedan patentes; esta coincidencia de necesidades e indivisibilidades es lo que hace prácticamente inviable.
Afortunadamente, sin embargo, las limitaciones del trueque desaparecen cuando el intercambio se realiza con la intervención del dinero. En este caso es mucho mas fácil y eficiente, pues ya no se requiere que coincidan las necesidades.